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Uno de los problemas principales durante el desarrollo de la infección por Coronavirus es la presencia de falla respiratoria (incapacidad para el adecuado intercambio de gases y aprovechamiento de oxígeno en los pulmones) que puede evidenciarse por medio de la presencia de disnea (sensación de falta de aire), saturación baja (medida por el pulsioxímetro) y coloración azulada de la piel. 

En la mayoría de los casos es una falla leve por lo que los pacientes pueden vigilarse y tratarse en domicilio, sin embargo, cuando estamos ante un paciente que desarrolla la variedad moderada o incluso grave es prioritario manejar en hospitalización para tener una vigilancia estrecha y lo más importante administrar oxígeno para aliviar los síntomas y mejorar los niveles de saturación en la sangre. 

Esto puede lograrse por medio de 4 principales dispositivos aprobados en la actualidad para manejo de pacientes con COVID, a saber: 

1). Puntas nasales: es la primera línea, y administran concentraciones de oxígeno hasta 40-45%

2). Mascarilla sin reservorio: utlizada en caso de no poder lograr adecuadas concentraciones con el dispocitivo anterior, llega a aportar concentraciones de oxígeno hasta 60%.

3). Cánulas nasales de alto flujo: considerado un dispotivo de alto flujo y concentración, llegando a administrar oxígeno cerca del 100% a flujos elevados. 

4). Ventilación mecánica (respirador):  considerado como el mejor dispositivo para aportar concentraciones de oxígeno hasta 100%, con otros parámetros para poder lograr mejoría en la función pulmonar. Requiere tener al paciente bajo sedación y con analgesia así como manejo por personal médico especializado

Dependiendo de la severidad de la enfermedad será necesario aumentar el apoyo con los dispositivos previamente comentados, el inconveniento es que no todos están disponibles en las instituciones de salud, sobretodo el tercero (cánulas nasales de alto flujo) por lo que lo comentaremos brevemente. 

La cánula nasal de alto flujo (CNAF) es un nuevo sistema que puede proporcionar hasta 100% de oxí­geno calentado y humidificado a un flujo máximo de 60 L/min, como hemos comentado es una concentración cercana a lo proporcionado por el ventilador mecánico (con algunas variaciones) y que permite mejorar el estado respiratorio de los pacientes cuando aún están despiertos y sin necesidad de administrarles sedación profunda. Es hasta ahora el último peldaño para evitar conectar a un paciente a un respirador (en el contexto de infección por COVID), en manos expertas y con algoritmos de manejo adecuados ha demostrado disminuir las tasas de requerimiento de intubación mecánica, infecciones adquiridas en el hospital y además ofrecen un mayor comfort en los pacientes. 

En InterCrit contamos con este dispositivo, con lo cual hemos logrado disminuir la necesidad de intubación de los pacientes que hospitalizamos, evitando así mayores complicaciones, y asociado a la rehabilitación pulmonar con pronación voluntaria hemos logrado la recuperación de nuestros pacientes permitiendo regresar a casa. 

Dr. Carlos Joaquín Pech Lugo

Medicina Interna/Medicina Crítica.